El amor apasionado y espontáneo, en el que los corazones laten al unísono sin pensar, puede ser un ideal romántico para algunos. Sin embargo, cada vez más solteros y parejas eligen un camino diferente: el del amor intencionado, planificado y, hasta nos animamos a decir, estratégico. Estamos muy lejos de la idea del amor a primera vista, de una relación guiada por el instinto y la emoción, pero más cerca de una auténtica alianza en la que cada decisión, cada momento compartido, forma parte de un proyecto más amplio.
Este movimiento marca un punto de inflexión en la forma en que las personas solteras y las parejas consideran su vida amorosa. Se terminaron las ilusiones de cuento de hadas en las que todo sucede de forma natural y sin esfuerzo. Acá, el amor se cultiva, se trabaja y, sobre todo, se organiza. Cada miembro de la pareja es el coarquitecto de la relación, con el objetivo de construir un edificio sólido capaz de resistir las tormentas de la vida moderna.
Estas parejas planifican frecuentes «check-ins», verdaderos balances de su relación, en los que hablan abiertamente de sus emociones, necesidades insatisfechas, sueños y planes para el futuro. En TikTok, cientos de videos muestran a parejas que comparten sus «Relationship Check-ins»: momentos que filman en donde se sientan juntos para hablar de sus proyectos comunes, de sus emociones y de lo que pueden hacer para mejorar su relación. ¿El objetivo? Evitar que se acumulen frustraciones, malentendidos y, sobre todo, mantenerse en el mismo largo de onda. Acá, la comunicación es la clave para bajar las tensiones, tener confianza y cultivar un vínculo más profundo, en el que cada persona se sienta valorada y entendida.
El aspecto intencional de este tipo de amor va mucho más allá del simple hecho de compartir de emociones. Se trata también (y sobre todo) de estrategia. Los miembros de la pareja asumen papeles específicos y complementarios para maximizar el éxito conjunto, ya sea emocional, profesional o social.
A la diferencia de los ideales de paridad absoluta, acá se considera la asimetría como un punto fuerte. Uno de los miembros puede ser el motor de la carrera, mientras que el otro se ocupa de los aspectos sociales o familiares. Esta distribución de las funciones se considera, se discute y se acepta mutuamente. Estas parejas no se guían por el azar, sino por elecciones conscientes y concertadas, para ser no solo amantes, sino que también compañeros de vida muy unidos que se elevan juntos en cada etapa del éxito.
Para las personas solteras, el Amor Intencional significa prepararse cuidadosamente para conocer a la persona adecuada: piensan bien en lo que buscan, evalúan sus objetivos y aquellos que la otra persona debería tener para ayudarla a alcanzarlos y crear una base sólida desde el principio.
Estos amantes intencionales no dudan en tocar temas delicados, cuestionar sus hábitos, hacer del amor una prioridad consciente y negociar compromisos. Estas parejas se ponen de acuerdo claramente sobre la distribución de los papeles y el tiempo que dedican a sus respectivos proyectos o incluso sobre decisiones sobre la vida en común, como dónde van a vivir o sus ambiciones profesionales. Abordan estos compromisos no como sacrificios, sino como ajustes constructivos que alimentan su visión compartida. En un mundo en el que todo parece ir cada vez más rápido, en el que predominan las relaciones superficiales, este enfoque ofrece un refugio a quienes desean construir algo duradero, profundo y que realmente tenga sentido.
¿Quiénes son las personas solteras y las parejas que encabezan esta tendencia?
Suelen ser personas ambiciosas, decididas a triunfar, no sólo profesionalmente, sino que también en su vida personal. No creen en historias de amor que nacen de casualidad. Para ellas, una relación debe ser un pilar en el que apoyarse, una base sólida que les permita realizarse como individuos, a la vez que forman un equipo con su pareja. Se ven a sí mismos como integrantes de un equipo, desempeñando cada uno un papel esencial para alcanzar un éxito compartido.
Esta manera de ver el amor, aunque a algunos les pueda parecer fría o calculada, es para ellos una fuente de estabilidad, seguridad y, sobre todo, de realización mutua. Los Intentional Lovers reinventan el amor en el siglo XXI. Los amantes intencionales nos recuerdan que el amor no es solo sentir, sino que también elegir.
Esta tendencia refleja un fenómeno social en el que la realización personal es fundamental. En un contexto de incertidumbre económica y en el que la presión para triunfar es grande, el amor se está convirtiendo en un proyecto estratégico, igual que la carrera profesional o las finanzas. Al basar su realización personal en un proyecto compartido, los Intentional Lovers hacen del éxito de su relación un pilar de su autorrealización. Combinan sus ambiciones individuales con las de su pareja, no de forma egocéntrica, sino que para construir juntos el éxito, en donde cada decisión refuerza su compromiso mutuo. Para estos Intentional Lovers, una relación es una construcción consciente, en la que cada decisión se calcula para garantizar un futuro sólido y seguro.
Reflexionar sobre sus propios objetivos en la vida: hacer un balance de las aspiraciones a largo plazo, de lo que se quiere lograr y de cómo encaja una relación en este plan.
Tener claro el papel y las tareas que uno/a está dispuesto/a a asumir en la pareja: examinar los puntos fuertes, las responsabilidades y las áreas en las que se puede prestar un apoyo constante para garantizar una dinámica equilibrada y satisfactoria en la relación.
Reflexionar sobre los compromisos que uno/a está dispuesto/a a hacer: identificar las áreas en las que se está dispuesto a hacer concesiones, ya sea a nivel personal, profesional o de estilo de vida.
Aclarar cuál es la imagen que queremos dar de la pareja: preguntarse cómo queremos que se perciba a la pareja desde fuera, en cuanto a valores, estilo de vida y proyectos en común. ¿Cuál sería el branding de la pareja?
Asegurarse de que los objetivos personales son compatibles: asegurarse de que las visiones a largo plazo —personales, profesionales y emocionales— están alineadas, para evitar divergencias importantes que podrían debilitar a la pareja en el futuro.
Son aquellas personas que se dan cuenta de que una definición clara del papel de cada miembro de la pareja es esencial para el éxito de su relación y de su vida.
El 43 % cree que el amor contribuye al éxito personal y profesional de ambos miembros de la pareja. Esta cifra es todavía más alta en India (60 %) y Brasil (64 %).
El 43 % piensa que un papel específico (que puede ir cambiando) ayuda a maximizar este éxito. Esto es más cierto en India (45 %) y más aún en Brasil (48 %).